La (neo) cultura trans, entre la biología y el deseo
El siglo XXI es por mucho el momento histórico más complicado que ha vivido la humanidad, no es que antes fuese mucho menos complicado, es que antes no había redes sociales ni internet para poder estar informado de todo lo que sucedía, en el siglo pasado y hasta hace relativamente poco tiempo, todo el flujo de información estaba monopolizado por unos pocos medios que difundían lo que les provocase según los intereses que estuviesen de por medio, hoy el asunto ha cambiado un poco ahora esos intereses son parte de un algoritmo cuya función es la de dar alcance a alguna noticia específica, los casos son muchos para detallarlos en un artículo tan corto, la parte amable es que ahora todo aquel que sienta un poco de curiosidad puede investigar sobre todo sin moverse de casa ni gastar más que los datos de tu teléfono o red wifi, lo que ha vuelto el asunto comunicacional una gran comparsa donde todos podemos participar generando liderazgos en forma de Influencer por lo que las fanaticadas han podido consolidarse en grupos de interés que mueven no solo opiniones, también grandes capitales, recordemos que tras cualquier asunto que incluya fanáticos hay toda una industria que los apoya.
En toda esta comparsa comunicacional ha surgido un asunto que hace rato hace ruido, por alguna razón que desconozco ningún intelectual serio ha tomado posición en el tema, imagino por esa suerte de fusilamientos digitales que pueden acabar no solo con la carrera de alguien, también las distintas plataformas, siempre sensibles a la opinión de los usuarios, censuran y hasta pueden cometer el horror de sepultar la reputación digital de cualquiera que levante el dedo para señalar una injusticia, tal cual como todos sabemos que puede suceder y no estar en internet ni ser publicado o terminar censurado por el algoritmo es suficiente aliciente para dejar que la injusticia crezca hasta que las hordas de fanáticos , que en realidad corresponden a una minoría en crecimiento terminen monopolizando su idea de justicia para someter a quienes no pensamos como ellos.
Antes de continuar debo aclarar que no tengo nada en contra de ningún grupo en específico, todo el mundo tiene derecho a hacer lo que le provoque con su cuerpo, lo que no tienen derecho es a obligarme a mí (y a quienes piensan como yo) a aplaudir su escogencia, en todo caso con ignorarlos tengo, al final no soy un hombre de poder ni quiero serlo, con mucho quero vivir en paz con mi mujer, mis mascotas, mis fotos y mi computadora, morir en paz cuando me toque, evitando en el camino cualquier cosa que me complique la vida en exceso, eso significa que todo el caos innecesario está fuera de mi vida. Sin embargo creo que debo señalar algo que me tiene molesto hace rato.
En las redes anda rodando la noticia de un trans molesto porque no lo dejaron utilizar el baño de damas en un local del este de Caracas, por supuesto el señor ha armado un drama porque él se siente mujer y así debe ser tratado, imagino que el baño era para uso de varias personas al mismo tiempo, creo que como padre , hermano, esposo o tío, si veo a un hombre intentando compartir baño con mi mujer, hija, sobrina o hermana voy y lo saco, quizás no a trompadas , pero eso sería cuestión del momento, en todo caso no me parece justo que en nuestra realidad latinoamericana quieran vendernos eso como normal. La biología habló hace millones de años, la especie se divide entre XX (mujeres) y XY (hombres) todo aquello que está en el medio es un invento de la medicina moderna, aunque toda la vida han existido homosexuales y los hay tan prestigiosos e inteligente que aun hoy día les rendimos homenaje , gentes como Leonardo DaVinci o Miguel Angel Buonarroti son motivo de culto quinientos o más años después de su muerte , la lista es larga y complicada por eso me voy a quedar con esos dos, así que si hay inteligencia la preferencia sexual es un asunto accesorio.
Hoy día el mundo parece haberse vuelto loco con el asunto, ¿Cómo es eso de que un hombre disfrazado de mujer compita junto con las mujeres? , en justicia debería ser más justo que compitan entre sí, claro si el asunto es el de medir su capacidad deportiva debería ser siempre entre iguales, lo peor es que arman un alboroto inmenso por no ser reconocidos como mujeres, hasta ahora no he visto a la primera transexual (mujer con aspecto de hombre) compitiendo en ninguna categoría junto con los que ella ha decidido son sus iguales, solo sucede con hombres que se sienten mujeres. Si inventasen como categoría trans para deportes, baños para trans y todo para trans así como ha funcionado toda la vida para hombres y mujeres quizás el asunto no sea tan escabroso, una vez que uno toma decisión sobre lo que hará con su cuerpo o apariencia, nadie tendría por qué molestarse, se complica cuando esa decisión exige el aplauso de todos y su aceptación en espacios que no le pertenecen, ejemplo perfecto esa situación en donde un trans se molesta porque no lo dejan compartir el baño junto con otras damas, como si su sexo (que seguro aún posee) no le hiciera diferente a las mujeres que quiere imitar.
Repito, no tengo ningún problema con que un congénere decida transformarse en lo que desea ser, lo que no acepto es que en el camino quieran abrumar a todos buscando aceptación de manera violenta, creo que en principio deberían aceptarse a sí mismos, una vez que deciden aceptar que la biología no los favoreció en cuanto al sexo que le tocó en suerte, deben buscar ser atendidos como lo que son, transexuales, hombres o mujeres que se sienten más cómodos con un sexo distinto al biológico , una vez aceptado por ellos que por mucho que lo intenten jamás pasaran de parecer , nunca serán, siempre habrá el antecedente biológico que por mucho que peleen estará inserto en su código genético , en ese momento el asunto se les hará menos complicado, si tienen tanto poder de convocatoria entonces exijan que en los centros comerciales o cualquier sitio publico exista al menos un baño para transexuales donde el problema del rechazo no exista, exijan a las autoridades deportivas de su país que abran una categoría especial en las olimpiadas o en las competencias de nacionales o regionales y si no existen pues invéntenselas que para eso hay siempre alguien dispuesto a invertir , pero no incordien a los demás buscando aceptación por la fuerza, obligados hasta los manjares son espantosos, tanto más si eso va a contrapelo con todo lo que nos han enseñado durante milenios.
Como es normal, si alguien lee esto dirá que soy un machista, seguramente tendrán razón, soy un hombre de mi tiempo, criado entre mujeres, con tres hermanas menores, una hija y una esposa , para colmo nacido en Maracay por lo que tampoco es que crecí en una mega metrópolis donde pueda ser eso aceptable, pero por ser padre, hermano, tío y esposo creo firmemente en que el respeto es la base fundamental para que cualquier sociedad se desarrolle y ese respeto debe ir en varias vías, por lo que si exigen respeto deben a su vez otorgarlo, si algo no me gusta tampoco te estoy ofendiendo así que no me fuerces por que la cosa no terminará bien, puede que nada grave pero al menos un par de insultos gordos voy a soltar, quien toma una decisión debe aceptar las consecuencias, todos podemos ser felices si el respeto impera, disfrazarse para exigir cosas que no le corresponden queda muy mal a quien sea que lo cometa, es como si yo siendo civil y sin compromiso, fuese contento a recibir órdenes de un militar (el que sea) solo por “respetar” su envestidura de general, lo mando a paseo y me voy con mi música a otra parte, bien por quienes suspiran por recibir órdenes, yo no, el respeto aplica, misma situación hay con los trans y sus necias exigencias para sentirse felices, una cosa es querer ser mujer y otra muy distinta serlo cuando hasta la genética conspira, tengamos un mundo más justo pero eso comienza desde el respeto y la aceptación, antes de eso van a seguir recibiendo críticas.
Prof. José Briceño
19/01/2023
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