Entre la opinión y la verdad

 A mis cincuenta y un años hay muchas cosas que ya dejaron de importar, como por ejemplo, mi intención de saber la verdad sobre cualquier tema, algunos temas medulares hay que discuto pero en la mayoría de los casos, convencer al otro es un acto sin sentido, ni uno es autoridad absoluta ni tres trompadas van a resolver el tema de discusión, es más, ni siquiera molestarán la superficie del problema, por ejemplo, discutir por la validez moral de las chicas que ahora dan en llamar petro muñecas o algo por el estilo, vale, con los regalos que ostentan pueden fácil resolver por un par de años la situación económica de los profesores, quimioterapias, radio terapias, becas universitarias, emprendimientos tecnológicos bajo la consigna de con trabajo, se suman varios proyectos con financiamiento integral y quien sabe cuántas cosas maravillosas se podrían lograr con esos millones, el problema de fondo son en realidad aquellos que les dieron esos regalos, firmaron esos contratos, aflojaron las siempre renuentes tuercas del andamiaje burocrático nacional donde un generalato vale más que cualquier ley escrita , no comparto su modo de vida y en el fondo pienso que o son extremadamente brutas, teoría negada de plano porque tener todo ese lujo no es cosa para imbéciles , tanto que lo más seguro es que esas fotos sean hechas por terceros y forzadas a hacer el teatro para quemarlas como chivos expiatorios en cualquier eventualidad , nadie con dos dedos de frente se hace un video mostrando una maleta llena de barras de oro.

Ahora bien, si alguien se empeña primero pregunto si quieren la verdad o mi opinión, la verdad depende de pruebas documentales, en cuyo caso alegando cualquier cosa publicada en medios serios ya vale para poder ser repetida con el fin de demostrar que estás en lo cierto, aun sabiendo que la verdad oficial es un asunto bastante absurdo, ni siquiera tengo que ponerme profundo y arriesgar  mi libertad hablando de algunos de los cientos de casos escandalosos del acontecer nacional, me voy a referir a la supuesta pobreza de Simón Bolívar en su lecho de muerte, durante toda mi infancia y buena parte de mi adultez me dijeron por todos los medios oficiales de la cuarta y quinta republicas que El Libertador había muerto viejo, pobre y solo  en Colombia. Hace unos meses en uno de esos encargos exóticos que saltan de vez en cuando terminé estando en el archivo General de la Nación buscando documentos de recompra del puerto de La Guaira (ese es otro cuento buenísimo para el acervo histórico) para mi sorpresa termino revisando libros de cuentas ministeriales del siglo XIX y veo con asombro una copia de una carta de las hermanas del Libertador solicitando los buenos oficios del gobierno nacional para renegociar el contrato por las minas de Aroa, el documento está fechado Diciembre 13 del año 1830, menos de una semana antes de su muerte, hay bibliografía que demuestra que Simón Bolívar se encontró con el embajador Inglés en noviembre de aquel mismo año, en vista de las comunicaciones de la época solo se puede inferir que el Embajador girase instrucciones a la empresa para renegociar los términos del contrato de arrendamiento en vista de la proximidad de la muerte de su arrendador.


 

Toda esta operación comercial, de la cual hay documentación al alcance de cualquiera, indica que El Libertador obtenía un ingreso nada desdeñable de tres mil libras esterlinas al año por esas minas de cobre, aunque ahora son un elefante blanco convertido en museo en aquellos años producía beneficios así que El Libertador no era para nada un hombre pobre tal como lo demuestran todos los libros de historia desde la escuela hasta el bachillerato, lo aprendido de niño se asume como algo inamovible , aunque no reduce un ápice el crédito del personaje, si deja muy mal apelar al espíritu novelero latinoamericano para lograr respeto por el hombre, eso de hacerlo el quijote les queda muy mal a todos, en fin, el asunto es que según la literatura oficial, validada por el ministerio de educación Bolívar fue casi un mendigo que lo dio todos por la libertad y de todas maneras murió trágicamente, casi un cristo de la espada, una mentira dada como cierta por millones de compatriotas.

Entonces, entre mi opinión y la “verdad”   puede haber un abismo solo sorteable gracias a la buena fe de los oyentes, que por conocimiento pretenden poder creer o no en quien les cuenta una historia, algunos hay que sacan su teléfono y le preguntan a Google saliendo al paso con solo un poquito de investigación, de resto lo más factible es que los creyentes a rajatabla en la “verdad” que les enseñaron en la escuela sigan con sus ideas fijas , llegando incluso a la violencia como forma de respuesta ante la ofensa de pervertir los hechos desde su punto de vista, Bolívar fue un quijote latinoamericano que ganó una guerra contra un imperio y muere pobre, lo de la guerra  se aplaude, lo de la pobreza se sabe que no. Entonces si me pides la opinión te voy a contra toda la historia con pelos y señales, pero si me pide la verdad doy la versión oficial, resumida y condensada como de diccionario de bolsillo.

Las zona de promesas

Otra cosa que me desapasiona son las diatribas electorales, la trampa orquestada es de tal nivel que el prestador de servicios a las máquinas de votación demandó al CNE por forzarlos a cometer un fraude, pero igual van desmandados por el voto en iguales condiciones, es una opereta bufa que no merece mi atención, no importa lo que haga, piense o cuente, no voy a causar más cambio que el de la perdida de libertad para vivir en las peores condiciones por estar despotricando por un asunto sin sentido, es como intentar convencer a un testigo de jehová que los cuarenta mil hombres justos se alcanzaron a mediados del siglo XIX, en este mundo de ocho mil millones de habitantes el autobús al cielo está lleno hace rato y que nada de lo que hagas te acercará a la puerta, hay otros sitios más interesantes que el cielo cristiano, desde hace treinta y cinco años les hago la misma pregunta a todos los que osaban tocar mi puerta un domingo por la mañana, invariablemente salían espantados no sin dejarme alguna revista Atalaya, o Despertad. Es lo mismo con los preparativos de las elecciones, se preparan, inventan estadísticas, suman papeles sobre centros de votación, hacen estrategias, se pelean por las elecciones primarias donde al menos tienen las costuras expuestas por el acomodo con los jefes, ¿tiene sentido una pelea en esas condiciones?, ¿a nadie se le ocurre cambiar las normas del juego de modo tecnológico? , seguimos con smartmatic o el similar de turno así que no me molesto en preocuparme por un juego que está trancado aun antes de comenzar.

Ahora bien, al comienzo me gustaban las líneas de promesas de María Corina Machado con su posición frente a la legalización del cannabis y el aborto, pensé que la gente saldría pero la mojigatería nacional salió a flote por lo que la promesa quedó en el olvido, sin embargo se agradece saber que el tema le agrada, quizás si gana permite la discusión. Lo que si me molesta es que TODOS las candidatos siguen empeñados en las mismas promesas, no veo a ninguno hablando de hacer propuestas para organizar la auto gestión de servicios para los venezolanos, ¿se imaginan emprender una industria de la autogeneración de energía eléctrica? No más apagones porque el sistema eléctrico nacional no se ve forzado a generar toda la energía del país, hay un montón de formas con las cuales suministrar energía eléctrica a millones de personas, imaginemos por un momento que Choroní pudiese obtener energía de cinco mini centrales hidroeléctricas que no necesitan un dique para funcionar, de ingeniería tan básica que una docena de técnicos pueden tranquilamente hacer mantenimiento preventivo y correctivo, la gestión turística y tecnológica subiría un montón , así muchos pueblos de mi país donde sol, viento y agua no son escasos precisamente, eso es solo una parte del panorama.

Ningún candidato asoma soluciones al problema educativo universitario, nadie conversa sobre la justicia de las luchas gremiales, nadie habla de un futuro donde estudio y progreso vayan de la mano, es que ni siquiera hay una industria nacional esforzándose por cambiar la estrategia económica en vista de la evidente agonía del petróleo como combustible fósil, nadie propone un concurso universitario para implementar tesis de grado como proyectos sustentables y así ayudar a los presupuestos universitarios.

Hay demasiados asuntos pendientes en Venezuela, por lo que temas para campaña hay a montón todos de complicada solución, tanto más en este mundo pre guerra donde nadie sabe muy bien en qué lugar los dejará el conflicto OTAN-RUSIA y todos los demás, donde la maquinaria de guerra aun no es eléctrica y necesitaran mucho petróleo para matarse con la saña necesaria, por lo que pienso que puede ser que estos al no saber por dónde van a llegar (y para quien) los tiros una vez los contendientes grandes dejen de mostrarse los dientes y matarse a dentelladas, el general Gómez decía que Venezuela no tenía nada que hacer en una guerra de grandes dimensiones, aun siendo germanófilo el hombre sabía que un país pequeño no tiene nada que buscar entre gigantes, todos los candidatos deben estar claros en eso así que no se atreven a otras promesas más serias. Cuando vea o escuche a un candidato hablar sobre la distribución y atención gratuita con vías al control (anticonceptivo) natal desde los doce años hasta la universidad al menos, patrocinar proyectos que resuelvan problemáticas serias con ingeniería nacional, apoyo irrestricto a toda la estructura educativa con sueldos justos, beneficios contractuales intactos y posibilidades de crecimiento a todos los miembros de la inmensa comunidad educativa que va desde el kínder a la universidad , el cannabis, el aborto y hasta la posibilidad de ser amo y señor de tu identidad, no voy a votar por nadie, no es que no me interese es que la diferencia entre la verdad y mi opinión es muy distante, no es lo que prometen lo que molesta, es lo vacía de una promesa electorera, la negación del ejercicio intelectual y como si fuese poco , la negación total a separarse del modelo político tradicional, la mojigatería y la cicatería de las promesas, la no presentación de proyectos me hacen pensar en que solo son hablantes de un idioma que desconozco y que por mala suerte debo dejar que ellos den las ordenes.

José Briceño

06/04/2023

 

 


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