La neo política del Botox en Venezuela
Hace rato vengo viendo como hay figuras públicas (o aspirantes a serlo) que parecen abusar del botox, en este caso no hablo de personalidades de la farándula de quienes no puedo decir nada pues desconozco el tema, si acaso me entero por culpa de las redes sociales pero que con igual rapidez olvido, hay cosas más importantes que el tema farandulero, sobre todo en este 2023 tan loco donde cualquier cosa arece suceder con rapidez del rayo, en todo el mundo y al mismo tiempo, por tanto no es raro que la farándula me parezca la ridiculez más grande, pero bien por aquellos cuyo cerebro les da para eso, el mío vive sobre cargado entre la información que considero relevante y el intento por no sucumbir a la crisis (por cierto todas las crisis parecen haberse conjugado en Venezuela) , sin embargo el tema del Botox entre los candidatos y actores políticos del país no deja de llamar la atención.
Obvio, cuando buscas información toda a disponible habla de ataques estéticos, el Botox parece ser la fórmula perfecta para minimizar los ataques del tiempo y en el caso de los actores políticos, acercarlos más a la imagen de “renovados y novedosos” candidatos para llevar las riendas del país, sin embargo , creo que hay otras razones menos plausibles por las que una persona cualquiera se anima a matar temporalmente los músculos de su rostro a fuerza de toxina botulínica, más allá del atentado contra la estética , es un asunto bastante serio desde el cual podríamos hacer un balance sobre las intenciones de quien se arriesga a ponerse bajo la lupa de la opinión pública, siendo sinceros creo que a nadie le va bien eso de tener un rostro petreo e inexpresivo, excepto a los políticos y militares quienes en tiempos revueltos un mohín cualquiera puede relegarlos a una mazmorra o en el mejor de los casos a no tener acceso a ningún negocio gubernamental, cosa que todos parecen querer perseguir.
Hace años , una novia que tuve me comentaba que tenía un jefe bastante ridículo , el tipo no solo se había hecho injertos de cabello , también tenía el rostro impasible , lo que presumo es un tratamiento intensivo de Botox , por un rato nos burlamos del señor pero luego de mucho darle vueltas por aquello de lo raro que es ver a un militar cuya vanidad (cosa que no es extraña por cierto) le lleve a mostrarse en público con tantos afeites extraños a su profesión, todos suponemos a los militares aguerridos, nada de cejas modeladas, injertos de cabello ni mucho menos botox, no importa cuánto cale la movida LGBT, dudo que en Venezuela ninguna tropa venera a un hombre con esas características, hasta que se hizo la luz.
Una persona inexpresiva es alguien temible, nunca sabes lo que pueda pensar, la impasibilidad en tierra caribe es algo muy extraño, cuando todos anhelan tener cerca al caudillo fuerte de voz recia y “expresiones sinceras”, sobre todo el pueblo llano que sueña con un padre en el poder, un profeta que acabe con los malvados y le permita al “pueblo” ser feliz, sea como sea que eso pueda interpretarse, si estuviésemos en Inglaterra donde la reina era causa de devoción precisamente por su porte ilegible y su fría distancia, asunto natural entre las cortes europeas, en Venezuela los candidatos deben besar viejitas, cargar niños y hasta embarrar sus zapatos de 500$ en las calles de los barrios, nada de distancias, en el caso de los militares han de ser hombres y mujeres con expresión fiera pero de verbo amable, alguien con el rostro inexpresivo descoloca a cualquiera, sobre todo en este enrarecido ambiente político donde nadie sabe con quién habla en realidad, todo es un eterno show del cual debo admitir me he aprovechado en más de una ocasión, solo por ver el desespero en el rostro de os necios que andan buscando enemigos (o amigos) en los pasillos de cualquier ministerio, acá con un poco de atención al detalle puedes hacer palidecer a cualquier sapo cooperante sin ni siquiera alegar poder, todo es una cuestión de actitud.
Recientemente hay un movimiento en redes sociales burlándose de dos pre- candidatos “opositores” que parecen haber abusado del botox y los retoques estéticos, un señor y una señora cuyo deseo es mover multitudes a participar en una elección en la que nadie cree, en medo de una súper crisis de proporciones bíblicas , pero prefieren matar su capital político, en este país la apariencia parece serlo todo, acá tenemos un presidente que se disfraza de militar sin que los generales (los miles de ellos) no digan ni mu, solo para demostrar al mundo el poder que tiene sobre las fuerzas armadas y esta gente en contra de todo consejo válido prefieren hacerse la cara de piedra y enfrentarse al escarnio público, asunto extraño.
Personalmente no voy a votar en las elecciones, ni en las primarias y mucho menos en las nacionales (cuando las hubiere) , mis razones tengo, solo voy a decir que todo me parece una gigantesca burla donde la participación te hace cómplice y me he esforzado a pesar de todo en mantenerme lejos de cometer ningún acto que pueda apenarme frente a mi hija así que no participaré, tanto menos si me encuentro con candidatos tan poco fiables que prefieren disfrazarse antes que dejar ver lo que consideran defectos. Debajo de toda esa aparente vanidad lo que hay es una declaración de quienes están preparados para cualquier cosa con tal de alcanzar el poder, alguien que está dispuesto a recibir vejámenes con su rostro impasible, una persona preparada para recibir insultos, ordenes o sospechas sin que el interlocutor pueda saber absolutamente nada de lo que piensa, esa es una persona temible que está dispuesta a cualquier bajeza para lograr el fin deseado , lo que en el caso de los políticos venezolanos puede ser cualquier cosa, hasta regalar el alma al diablo mientras hace campaña política, algo bastante nefasto para nuestra ya maltratada nación.
José Briceño , junio del 2023
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